¡El Altar, un recorrido que nos inyecta vida!

Nos encanta ver a nuestros viajeros felices, disfrutando de uno de los trekking más biodiversos y enriquecedores del planeta, el del Altar. Nos gusta aún más ver cómo turistas de todas las partes nos acompañan en nuevas aventuras, lo que provoca una mezcla regional fascinante que envuelve al tour en risas, amistades y excelente compañía.

Hoy coincidimos gracias a un maravilloso propósito, recorrer uno de los tesoros de la provincia del Chimborazo en el trekking del Altar.  Viajeros extraordinarios que le inyectaron vida y energía a todo el recorrido, además de nuestros guías apasionados por las montañas, cuya misión más allá de conducirnos, fue brindarnos una experiencia cercana e inolvidable.

Y así fue…

Las montañas confabularon para despejar los días, hasta un hermoso arcoiris nos regalaron, seguramente como regalo de cumpleaños para una de las integrantes de nuestro equipo. Oportunidad para festejar la vida dentro de semejante paraíso de la naturaleza, donde todo, absolutamente todo es perfecto.

Perdimos la cuenta de las horas caminadas porque el paisaje nos reconfortaba a su paso.

Recorrer las diferentes formas y colores que nos regalan las montañas, dormir cobijados dentro de ellas, energizarnos con una chapuceada en la laguna amarilla, sentir la calma de sus aguas y vibrar recorriendo el Valle de Collanes, sencillamente son momentos que nos llevan a otra dimensión, donde la conexión con la naturaleza y con uno mismo es magia pura.

Picos de hielo y roca nos rodeaban, el Canónigo, los Frailes, el Tabernáculo, la Monja Menor, la Monja Mayor, el Obispo  a (5.320m) y el Acólito estaban ahí presentes, exhibiendo su belleza, creando excepcionales paisajes andinos y nosotros… enamorados.

Un merecido descanso nos esperaba en la Candelaria, parroquia de gente cálida que nos acogió para terminar con este inolvidable recorrido. No es posible salir de un lugar así sin agradecer a la madre tierra, que siempre nos da tanto.

Agradecer también a nuestros viajeros por su curiosidad, por su ánimo, por su constancia y por alimentarnos el espíritu para volver por más.